jueves, 15 de marzo de 2018

Sea Listo!






































"Yo no era más que un crío.
Vivía aún mi querida difunta abuela; tenía un poco más de cien años.
En el momento de su muerte, mi madre me llevó hacia su lecho como 
entonces se acostumbraba, y mientras yo le besaba la mano derecha...
mi querida abuela posó su mano izquierda sobre mi cabeza y me dijo
con voz débil, pero clara:

¡Tú, el mayor de mis nietos!
Escucha... y acuérdate siempre de mis últimas palabras:
En la vida no hagas nada como los demás!

Después me miró al arranque de la nariz y, observando probablemente
que yo estaba perplejo por sus palabras, añadió, un poco enfadada,
en un tono autoritario:

O no haces absolutamente nada... sólo ir a la escuela, 
o haces algo que nadie hace."

A.·.B.·.

Iglesia del Surf del Cristo Risueño de la Costa LTD. MMXVIII ©

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